Germán Mallo

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Germán Mallo
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Separar trabajo y vida personal: lo que aprendí al ver “Severance”

18/11/2025

El otro día empecé a ver la serie Severance. Su premisa me dejó pensando: imagina poder “separar” en tu cerebro lo que haces por trabajo de lo que haces en tu vida personal… un concepto quizá extremo, pero con una utilidad enorme.

Y al verla, me di cuenta de lo vital que es marcar ese límite, especialmente cuando estás en una empresa, te pagan por trabajar X horas al día… y además estás compaginando otros proyectos, estudios o inquietudes personales.

1. ¿Qué plantea “Severance”?

Para quienes no la conocen, la serie presenta un escenario en el que los empleados de una empresa aceptan un procedimiento quirúrgico que divide su memoria: el “lado trabajo” no recuerda nada de su vida fuera del trabajo, y el “lado vida personal” no recuerda nada de lo ocurrido en la oficina.
Este planteamiento —algo extremo, desde luego— funciona como metáfora: la idea de tener una “caja” mental para el trabajo y otra para todo lo demás.


2. ¿Por qué es importante poner un límite?

2.1 Salud mental y descanso

Cuando llevas asuntos del trabajo a casa, tu mente no “se apaga”. Te cuesta desconectar, descansarte, recargar. Y a la larga eso pasa factura.

2.2 Productividad real

Curiosamente, marcar el límite puede hacerte mejor trabajador: porque estás más descansado, menos saturado, más creativo. No se trata de trabajar menos, sino de trabajar mejor.

2.3 Compaginar proyectos, estudios u otros roles

Si además estás estudiando o tienes un proyecto propio (como muchos de los lectores de este blog quizá), el riesgo de “mezclarlo todo” es mayor: el trabajo lo invade todo, y lo personal, los estudios o el proyecto acabado quedan en segundo plano.


3. Claves para lograr esa separación

Aquí algunas prácticas que puedes adoptar:

  • Define “horas de trabajo” claras. Si tu empresa te paga por X horas al día, cumple ese horario y procura no alargar sistemáticamente.
  • Rutina de cierre. Al terminar la jornada laboral, haz un pequeño ritual: apagar el mail, cambiar de ambiente, caminar, etc. Marca mentalmente que el “turno acaba”.
  • Espacio físico distinto o señal de cambio. Si trabajas desde casa, si puedes, finaliza en un espacio distinto del que usas para descansar/estudiar.
  • Proyectos personales también con horario. Así no compiten de forma desordenada con tu empleo o vida personal.
  • Permítete el descanso. No todo es estar “activo” o “produciendo”. Dejar la mente en blanco, desconectar, socializar: también es necesario.

4. No significa descuidar tu trabajo

Y ojo: no malinterpretéis lo que digo. Ser competente, profesional, respetar a la empresa para la que trabajas, es básico. Hacer bien tu labor es un acto de respeto tanto hacia la organización como hacia ti mismo. Pero eso no es incompatible con que, una vez cumplidas esas horas y esa responsabilidad, cierres mentalmente el capítulo para abrir otro: tu vida personal, tus estudios, tu proyecto.


5. ¿Qué pasa si no lo haces?

Si no separas:

  • Puede aparecer la fatiga laboral, sensación de “estar todo el rato conectado”.
  • Tus proyectos personales o estudios pueden perder impulso o pasar a segundo plano.
  • El “equilibrio trabajo-vida” se inclina hacia el trabajo, y eso puede generar frustración o sensación de “no vivir” del todo.

6. Aplicación práctica para ti (y para mí)

Como estudiante, profesional o con proyectos propios, te invito a que esta semana pruebes lo siguiente:

  • Marca un horario para tu empleo (o tu etapa laboral actual).
  • Al acabar, cierra un “registro” mental o físico: indica que ya has terminado.
  • Dedica un bloque de tiempo exclusivo a tus estudios o proyecto personal, sin interrumpir con tareas de trabajo.
  • Evalúa al final de la semana: ¿cómo te has sentido? ¿Has descansado? ¿Tu productividad ha cambiado?

Conclusión

Ver Severance me hizo pensar que, aunque no vivimos en una realidad tan extrema, sí podemos aplicar la lección: trabajar bien, pero dejar que el trabajo se quede en su espacio. Así abrimos espacio para la vida, los estudios, los proyectos. Y acabamos siendo personas más equilibradas, profesionales más eficientes… y quizá más felices.

¿Y tú? ¿Cómo haces para cerrar mentalmente el trabajo al final del día? ¡Cuéntame en los comentarios!

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